Prof. Florencia Pelozo
Acerca de lo que sucede dentro de un espacio habilitado para la educación física, pero para ello creo necesario saber de que hablamos cuando decimos educación física. Por un lado el termino EDUCACIÓN, proviene del latín “educare”, que significa extraer, hacer salir. Y por el otro, el termino física que proviene del griego “physis” que se traduce como naturaleza, lo perteneciente al mundo natural, que en el ser humano esta representado por el cuerpo. Es decir que la educación física es entendida como un estímulo hacia aquello que la persona ya posee, un proceso que va de adentro hacia afuera que tendrá como centro el cuerpo del sujeto en movimiento, sus cambios de posiciones y las diferentes fuerzas que los producen.
Sabiendo esto, cuando abramos la puerta de una clase de educación física nos vamos a encontrar con una mano que se extiende para acompañar, guiar, sostener, cuidar…Nos vamos a encontrar con colchonetas que cumplen su función como tal pero que también se transforman en barcos, pelotas que de repente cambian de temperatura de frio a calor y tenemos que lanzarlas muy rápido, nos vamos a encontrar con las sillas más versátiles, que a veces forman puentes y otras veces son las protagonistas de nuestros juegos, donde el ultimo que se sienta pierde o simplemente son nuestros momentos de pausa. Y ni les cuento de nuestra caja con elásticos, las que forman los circuitos de lasers mas peligrosos, que superarlos requiere de mucho cuidado y concentración para llegar a recuperar al diamante… o bueno… para recuperar una pelota. Es entonces el juego parte fundamental, como sostiene Chocker Mirta, parte indispensable para el desarrollo intelectual, motor y afectivo del niño o joven y constituye su vía natural de expresión, aunque jugar por jugar y para jugar es su valor principal. El motor y el resultado del jugar es el placer.
Lo que también se hace indispensable, es brindar la posibilidad de avanzar en el conocimiento y aceptación de sí mismos, interactuar con otros, acceder a los beneficios de la actividad física para la vida cotidiana y el cuidado de la salud.
La Educación Física propicia a los niños y jóvenes que se constituyan en practicantes activos de dicha cultura corporal. Puede afirmarse que las prácticas corporales “son expresiones concretas, históricas, modos de vivir, de experiencia, de entender el cuerpo, el movimiento y nuestras relaciones con el contexto; nosotros construimos, conformamos, confirmamos y reformamos sentidos y significados en las prácticas corporales”.1
Por último, si esa puerta se abre cuando nuestra clase esta llegando a su fin, se van a encontrar con un momento de pausa o como nosotros lo llamamos “la vuelta a la calma”. Donde se espera a que el otro construya, arme, diga, asimile los contenidos trabajados y contribuir al tránsito a otro tipo de actividad que se realice en el CET.
1 RACHT, Valter y CAPARROZ, Francisco Eduardo. El deporte como contenido de la Educación Física escolar: una perspectiva crítica de la Educación Física brasileña. En: MARTÍNEZ ÁLVAREZ, Lucio y GÓMEZ, Raúl (Coord.). La Educación Física y el deporte en edad escolar: El giro reflexivo en la enseñanza. Buenos Aires: Miño y Dávila, 2009.
Ya las colchonetas, los conos, las pelotas, los aros se comienzan a guardar porque la clase de educación física llego a su fín, a la espera de que nos volvamos a encontrar.